miércoles, 4 de diciembre de 2013

Gota a gota el mar se desborda.

Te sientes tan muerto por dentro que ya no puedes ni pedir ayuda. No sabes por qué estar mal, intentas sonreír a pesar de las dificultades del día a día, y es que nadie vive tu camino.
Lo único que buscas es ¿tranquilidad? ¿sentirte vivo? ¿querido?, sentir que alguien te echaría de menos si te vas.
Te ofrecen manos para salvarte, y no las aceptas. No es por desconfianza, es porque sientes que no puedes contar con nadie, contar lo que te pasa, básicamente, porque no sabes por dónde empezar...

Gota a gota el vaso se va llenando, no importa si de cosas buenas o malas (la mayoría son de éstas) que al final la gota que colmará, te hará pensar en todo.

Puede que haya llegado a mi tope, y no escribo para dar pena, sino porque es la única vía de escape que tengo. Cada herida te hace cerrarte más, construir muros tan altos que lleguen al cielo; tan profundos que alcancen el infierno. Tu coraza se hace más resistente y ya no confías como lo solías hacer antes.

Te han podido destrozar en mil pedazos, que siempre vendrá alguien después y te romperá un poco más.
"Eres muy joven todavía, te queda mucha vida y mucho que sufrir" A lo mejor desde otro punto de vista no es algo por lo que preocuparse, pero no lo veo desde otro, por suerte o por desgracia lo veo desde mi vida, lo VIVO desde la mía.
Hay más peces en el mar, dicen... pero ¿y si te enamoras de un tiburón?

Aunque todos los días te repitas lo de siempre, sonríe, se feliz blah blah blah, despierta coño, ¿en serio se preocupan por ti? No eres más que otra de sus distracciones, un juguete.