sábado, 4 de abril de 2015

Puede ser.

Me asustan mis ganas de tenerte,
o de perderte.
Me niego al corazón por miedo a sus tempestades.
Me encierro en mi coraza,
sabiendo que aún así tu sonrisa la romperá.
Y entonces recobraré el aliento,
el mismo que me quitas en cada beso.
Pero me das también la vida.
Como un viaje de ida a tus labios,
sin vueltas ni paradas.

Sin razón me desubico,
pero son tus ojos los que me encuentran.
Y me llenas de luz, rompes mis esquemas.
Y te digo que no, pero entre líneas es un sí rotundo.
Todas mis murallas se derrumban cual castillo de naipes.
Esquivas todas las fosas repletas de ilusiones rotas y las ensamblas,
a la perfección.
Como yo contigo,

Supiste crear en mi corazón un lienzo totalmente en blanco.
Sanando heridas y pintando suavemente con la punta de los dedos.
Inspirando oxígeno nuevo.
Realmente me asusté de tenerte,
de ilusionarme y romperme, porque si,
porque soy así.

Y porque nadie ha sabido descubrirme como tú;
sabiendo qué puntos tocar para derrumbar mi fachada.
Pensando que sería inmune a tus besos, a tus caricias, a tu olor.

Queriendo siempre más ganas de ti, incluso cuando me muerdes el labio.
Viendo pasar fugazmente las horas a tu lado,
como si de cometas se trataran.
Las misas que sin ti me pesan en el alma, y a cada segundo más.

Contemplando tanta inocencia y dulzura mientras duermes,
confiando en que mis brazos te darán un buen sueño,
sin saber que tú ya eres mi sueño despierto.

Arrojando luz,
devolviendo sentido a mis actos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario