miércoles, 8 de abril de 2015

Existe.

No existen las ganas de terminarte.
De acabar los besos que un día dejé a la mitad,
con insaciable hambre de más.
No existe el momento de cambiar tus imperfecciones,
porque a mis ojos ya son perfectas.
De terminar de contar los lunares de tu espalda.

No existen minutos que no se evaporen a tu lado,
ni razones por las que parar de besarte.
No existen manos que sepan tocarme mejor que las tuyas;
como tampoco labios que transmitan mayor seguridad.
No existe un "yo" sin "tú".
No existe negación ante tus ojos.
Sí existen las palabras que me callo en cada beso.

No existe razón lógica de abrazarte,
porque es una idea de mi corazón.
Sí existen las ganas de soñar(te), 
o de perderme en la comisura de tu sonrisa.
Sigue existiendo la magia del primer beso,
como lo hace también la aceleración de mí, cuando lo haces tan bien.

No existe realidad sin ti, porque sí.
Sí existen sueños en los que apareces, también despierto.
Puede que existan ganas de dejarte libre.
Miento. No existen.
Puede que no exista cuando no estás, 
ni tú ni tu todo.

Existe un sin fin de posibilidades de amarte,
en diferentes formas o lenguas.
La misma que se sabe toda mi anatomía.
Existen susurros a gritos, sangrando la garganta para que oigas.
No existen opciones de ubicarme en ti.

Existen mil maneras de odiarte, y mil más de quererte.
No estoy seguro de si existe todo lo demás,
sólo estoy seguro de tu existencia en mi cabeza,
en mi corazón y hasta en la yema de los dedos con los que te acaricio.

sábado, 4 de abril de 2015

Puede ser.

Me asustan mis ganas de tenerte,
o de perderte.
Me niego al corazón por miedo a sus tempestades.
Me encierro en mi coraza,
sabiendo que aún así tu sonrisa la romperá.
Y entonces recobraré el aliento,
el mismo que me quitas en cada beso.
Pero me das también la vida.
Como un viaje de ida a tus labios,
sin vueltas ni paradas.

Sin razón me desubico,
pero son tus ojos los que me encuentran.
Y me llenas de luz, rompes mis esquemas.
Y te digo que no, pero entre líneas es un sí rotundo.
Todas mis murallas se derrumban cual castillo de naipes.
Esquivas todas las fosas repletas de ilusiones rotas y las ensamblas,
a la perfección.
Como yo contigo,

Supiste crear en mi corazón un lienzo totalmente en blanco.
Sanando heridas y pintando suavemente con la punta de los dedos.
Inspirando oxígeno nuevo.
Realmente me asusté de tenerte,
de ilusionarme y romperme, porque si,
porque soy así.

Y porque nadie ha sabido descubrirme como tú;
sabiendo qué puntos tocar para derrumbar mi fachada.
Pensando que sería inmune a tus besos, a tus caricias, a tu olor.

Queriendo siempre más ganas de ti, incluso cuando me muerdes el labio.
Viendo pasar fugazmente las horas a tu lado,
como si de cometas se trataran.
Las misas que sin ti me pesan en el alma, y a cada segundo más.

Contemplando tanta inocencia y dulzura mientras duermes,
confiando en que mis brazos te darán un buen sueño,
sin saber que tú ya eres mi sueño despierto.

Arrojando luz,
devolviendo sentido a mis actos.