domingo, 18 de octubre de 2015

Ciencia Ficción.

Porque aquella noche hasta respirar dolía,
lo único que me ataba a ti era el nudo de mi garganta
tanto que gritas y lo único que salía era de los ojos.
Me dejaste abrazando aquella noche a los recuerdos.
La soledad hizo más presencia que tú, y tu voz mi insomnio.

Me abrí para ti, sin darme cuenta que mientras entrabas, afilabas tus cuchillos.
De rojo se tiñeron tus manos, pero con un perdón no se solucionó.
Mis rodillas no aguantaban ya el peso de tanto, tanto vivido, tanto sufrido.
Sigo aprendiendo que cada día no será tu sonrisa la que me despierte.
Que ya no habrá más "ten cuidado". Sigo aprendiendo que me destrozaste.

Pero oye, te digo hoy que no, que no vuelvas.
Volver significa que algún día te fuiste, y tú eras de cometer tus errores varias veces.
Las heridas sólo se curan si no se hurgan en ellas, y que regreses es abrirme en canal.
He aprendido a volar con las alas rotas, a sonreír con el corazón en dos; y eso no es moco de pavo.

No todas las caricias transmiten calor, otras te hielan el alma.
Así como no todos los besos son de amor.

Realmente soy yo, yo mismo. Y por ti no fui yo, fui otro. Otro trofeo más, pero ya no, vuelvo a ser yo.

Yo mismo. Y sin ti.

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