miércoles, 18 de marzo de 2015

Ceguera irreversible de corazón.

Que nunca estuvo de más perdonar en silencios,
hacer caso omiso al orgullo y pensar con el corazón.
Sabiendo que al hablar en plata todo y nada se desvanecería.
Todo enigma por descifrar, el puzzle más ansiado de resolver,
y de volver a guardar en la caja desencajando las piezas.
Con la misma facilidad con la que me robaste un beso
o todos aquellos suspiros con toneladas de sentimientos.

Recordando tu sonrisa en el espejo, el humo del cigarro y la taza de café.
Tu voz al despertarte y tus "5 minutillos más" para quedarme,
que se convertían en un día entero.
Aquella mirada que transmitía calor, arrancando de mi piel todo el frío,
como hace la primavera con el invierno,

Bañando en lujuria todos mis lunares, dejando constancia en mi cuello de tus besos.
Confirmando tu existencia en todas mis extremidades, pecando juntos.
Que no hay mayor locura que morir dulcemente en tu cama,
en tus brazos. En ti.

Sabiendo que podrías cambiar mi vida, para bien o para mal,
trasladando la rotación de mi mundo hacia tu sol. 
Poniéndome en tu universo. Y yo en mis estrellas.
Soñando contigo y pintando tu sonrisa en mis eclipses más oscuros.

Cediendo y consumiéndome como tus cigarrillos entre los labios agrietados.
Asimilando que ninguna estrella vive para siempre, que hasta el rey más poderoso muere.
Que hasta un corazón se rompe.
Descubriendo tu anatomía, convirtiendo mis imperfecciones en tus pérdidas de sentido.

Reclamando lo que debería de ser tuyo, todo menos mi corazón.
Haciendo cuentas del tiempo que nos quedaría juntos.
Rebuscando en cajones aguja, hilo y vendas para el corazón.

Dejando de latir por tu amor.
Por ti,
pero no por mi.


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