A quien realmente se lo merece, por estar siempre ahí.
Que habrá batallas
y tratados de paz.
Que tendremos nuestros menos
pero siempre los convertiremos en más.
Que perderemos nuestro norte
pero sabremos guiarnos al sur.
Que nos lanzaremos cuchillos a la cara,
pero siempre mataremos a las espaldas por nosotros.
Que vendrán huracanes, tormentas y terremotos.
Caernos y levantarnos
pero siempre sabremos estar en pie,
luchar y salir airosos.
Que no sabremos lo que pensamos
aunque al mirarnos a los ojos sabremos qué ocurre.
Retrocederemos,
pero siempre sabremos tirar de nosotros.
Seguiremos envejeciendo,
aunque cada vez con más anécdotas.
Se irán y vendrán,
pero siempre podremos contar con nosotros.
Seguiremos cosiendo las heridas del corazón,
intentando curar las internas con alcohol.
Pasaremos alegrías y tristezas,
risas a carcajadas y llantos desconsoladores.
Porque tú en mí y yo en ti,
nos haremos dueños de lo eterno.
Una amistad que no entenderá nunca de prejuicios
ni de finales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario